“.. suenan a lo lejos ruidos insoportables para mis oídos. Posiblemente sea de nuevo la tormenta de la que habla mi madre.
Hoy tampoco podré ir al colegio,.. mamá dice que los soldados han cortado la carretera.
Creo que los soldados son esos señores que llevan esa cosa alargada que provoca la tormenta tan molesta .
Hoy quería dibujar el Otoño. Mi maestra Ana, habla de él. Habla de como los niños de donde ella procede juegan con hojas secas y con charcos de lluvia. Hoy íbamos a dibujarlas para después jugar a pisarlas.
Ya se escribir mi nombre y posiblemente dentro de poco Ana nos enseñara a sumar.
Cuando sepa escribir y sumar podré ir a conocer el Otoño.
... vuelven los insufribles ruidos. Creo que mamá esta confundida... no es la tormenta... son los soldados que quieren hacernos daño.... “
Declaración Universal de Derechos Humanos 1948
Qué buena entrada.Me recordó a la noticia aquella de hace unos meses en México.En una guardería la maestra les cantaba a los niños para distraerlos,mientras en la calle había un tiroteo.
ResponderEliminarQué vidas tan duras y que todavía hoy en el sigo que estamos haya que seguir preocupánodose de que los derechos de los más vulnerables sigan sin respetarse.
Sigo tu blog,compañera.
Un saludo.
Q razón tienes Rosa, una buena introducción para un blog que promete.. :) Ánimo!!
ResponderEliminarGisela.
...Rosa se me estremece el cuerpo!!!!...aqui preocupandonos por tantas cosas sin importancia, sin percibir o haciendo oidos sordos a las carencias, al miedo, al sufrimiento real, el de tantos niños, sin futuro, sin esperanza...sin merecerlo...
ResponderEliminarMercedes
...mucho animo con tu blog!!!!...yo te sigo...
ResponderEliminarMercedes
Hace eones que leo, acongojado, poesía de temática bélica. Son, por desgracia, durísimamente humanas, y hacen que uno se pregunte cómo es que no nos afecta que este tipo de atrocidades sigan siendo comunes. Me permito, Rosa, copiarte aquí algunos de estos textos. Éste, de Sassoon, escrito dos años después del inicio de la Primera Guerra Mundial, es tan sencillo que acojona:
ResponderEliminarThe Bishop tells us: "When the boys come back/
They will not be the same; for they'll have fought/
In a just cause: they lead the last attack/
On Anti-Christ; their comrades' blood has bought/
New right to breed an honourable race,/
They have challenged Death and dared him face to face".//
"We're none of us the same!" the boys reply./
"For George lost both his legs; and Bill's stone blind;/
Poor Jim's shot through the lungs and like to die;/
And Bert's gone syphilitic: you'll not find/
A chap who's served that hasn't found some change./
And the Bishop said: "The ways of God are strange!".
La traducción:
El obispo nos dijo: "Cuando los muchachos regresen/
No serán los mismos. Porque ellos lucharon/
Por una causa justa: lideraron el último ataque/
Contra el Anticristo; la sangre de los camaradas ha permitido/
De nuevo el derecho a multiplicar una raza honorable,/
Ellos retaron a la muerte y se enfrentaron a ella cara a cara.”//
“¡Ninguno de nosotros es el mismo!”, replicaron los muchachos./
"George perdió sus dos piernas; y Bill está completamente ciego/
Al pobre Jim le perforaron los pulmones y quiere morir;/
Y Bert contrajo la sífilis: no encontrará
Un muchacho que haya estado allí y no haya cambiado”/
Y el Obispo dijo: “los caminos de Dios son extraños.”
Cortázar, sin duda uno de los prosistas más lúcidos del siglo XX, es capaz, sin embargo, de ennoblecer la lucha. "Mi hermano despierto //
ResponderEliminarmientras yo dormía", escribiría tras serle comunicada la muerte de Ernesto "Che" Guevara:
Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
Me temo, sin embargo, que si es más que difícil justificar que un adulto mate a otro, el que haya frecuentemente niños de por medio hace que te preguntes que qué diantres tenemos donde se supone que está el corazón que no hacemos nada por evitarlo. ¿Somos egoistas? No, somos llanamente imbéciles...
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