lunes, 7 de noviembre de 2011





“.. suenan a lo lejos ruidos insoportables para mis oídos. Posiblemente sea de nuevo la tormenta de la que habla mi madre.

Hoy tampoco podré ir al colegio,.. mamá dice que los soldados han cortado la carretera.
Creo que los soldados son esos señores que llevan esa cosa alargada que provoca la tormenta tan molesta .

Hoy quería dibujar el Otoño. Mi maestra Ana, habla de él. Habla de como los niños de donde ella procede juegan con hojas secas y con charcos de lluvia. Hoy íbamos a dibujarlas para después jugar a pisarlas.
Ya se escribir mi nombre y posiblemente dentro de poco Ana nos enseñara a sumar.
Cuando sepa escribir y sumar podré ir a conocer el Otoño.

... vuelven los insufribles ruidos. Creo que mamá esta confundida... no es la tormenta... son los soldados que quieren hacernos daño....  “


“Los niños tienen derecho a ser felices, a recibir educación y protección....” 
Declaración Universal de Derechos Humanos 1948

7 comentarios:

  1. Qué buena entrada.Me recordó a la noticia aquella de hace unos meses en México.En una guardería la maestra les cantaba a los niños para distraerlos,mientras en la calle había un tiroteo.
    Qué vidas tan duras y que todavía hoy en el sigo que estamos haya que seguir preocupánodose de que los derechos de los más vulnerables sigan sin respetarse.

    Sigo tu blog,compañera.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Q razón tienes Rosa, una buena introducción para un blog que promete.. :) Ánimo!!

    Gisela.

    ResponderEliminar
  3. ...Rosa se me estremece el cuerpo!!!!...aqui preocupandonos por tantas cosas sin importancia, sin percibir o haciendo oidos sordos a las carencias, al miedo, al sufrimiento real, el de tantos niños, sin futuro, sin esperanza...sin merecerlo...
    Mercedes

    ResponderEliminar
  4. ...mucho animo con tu blog!!!!...yo te sigo...
    Mercedes

    ResponderEliminar
  5. Manuel Iglesias Baena9 de noviembre de 2011, 3:43

    Hace eones que leo, acongojado, poesía de temática bélica. Son, por desgracia, durísimamente humanas, y hacen que uno se pregunte cómo es que no nos afecta que este tipo de atrocidades sigan siendo comunes. Me permito, Rosa, copiarte aquí algunos de estos textos. Éste, de Sassoon, escrito dos años después del inicio de la Primera Guerra Mundial, es tan sencillo que acojona:

    The Bishop tells us: "When the boys come back/
    They will not be the same; for they'll have fought/
    In a just cause: they lead the last attack/
    On Anti-Christ; their comrades' blood has bought/
    New right to breed an honourable race,/
    They have challenged Death and dared him face to face".//

    "We're none of us the same!" the boys reply./
    "For George lost both his legs; and Bill's stone blind;/
    Poor Jim's shot through the lungs and like to die;/
    And Bert's gone syphilitic: you'll not find/
    A chap who's served that hasn't found some change./
    And the Bishop said: "The ways of God are strange!".


    La traducción:

    El obispo nos dijo: "Cuando los muchachos regresen/
    No serán los mismos. Porque ellos lucharon/
    Por una causa justa: lideraron el último ataque/
    Contra el Anticristo; la sangre de los camaradas ha permitido/
    De nuevo el derecho a multiplicar una raza honorable,/
    Ellos retaron a la muerte y se enfrentaron a ella cara a cara.”//

    “¡Ninguno de nosotros es el mismo!”, replicaron los muchachos./
    "George perdió sus dos piernas; y Bill está completamente ciego/
    Al pobre Jim le perforaron los pulmones y quiere morir;/
    Y Bert contrajo la sífilis: no encontrará
    Un muchacho que haya estado allí y no haya cambiado”/
    Y el Obispo dijo: “los caminos de Dios son extraños.”

    ResponderEliminar
  6. Manuel Iglesias Baena9 de noviembre de 2011, 4:23

    Cortázar, sin duda uno de los prosistas más lúcidos del siglo XX, es capaz, sin embargo, de ennoblecer la lucha. "Mi hermano despierto //
    mientras yo dormía", escribiría tras serle comunicada la muerte de Ernesto "Che" Guevara:

    Yo tuve un hermano.

    No nos vimos nunca
    pero no importaba.

    Yo tuve un hermano
    que iba por los montes
    mientras yo dormía.

    Lo quise a mi modo,
    le tomé su voz
    libre como el agua,
    caminé de a ratos
    cerca de su sombra.

    No nos vimos nunca
    pero no importaba,
    mi hermano despierto
    mientras yo dormía,
    mi hermano mostrándome
    detrás de la noche
    su estrella elegida.

    ResponderEliminar
  7. Manuel Iglesias Baena9 de noviembre de 2011, 4:30

    Me temo, sin embargo, que si es más que difícil justificar que un adulto mate a otro, el que haya frecuentemente niños de por medio hace que te preguntes que qué diantres tenemos donde se supone que está el corazón que no hacemos nada por evitarlo. ¿Somos egoistas? No, somos llanamente imbéciles...

    ResponderEliminar